La exhibición de 400 piezas procedentes de diversos museos estará abierta hasta el 8 de febrero de 2015
Precedida de un notable éxito de público, admirada por 435 mil 470 personas en las dos sedes donde se ha presentado de las ciudades de México y Sao Paulo, la exposición Mayas. Revelación de un tiempo sin fin llega al Museo de quai Branly, en París, Francia.
La apertura de la muestra en el recinto parisino, compuesta por 385 piezas, ha generado gran expectativa entre el público, que tradicionalmente ha manifestado un amplio interés por las culturas mesoamericanas y, en particular, la maya.
Integran la colección urnas, incensarios, cerámica, estelas, dinteles y máscaras funerarias de jade, así como piezas inéditas, procedentes de hallazgos recientes, entre ellas dos entierros con sus ofrendas, encontrados en Balamkú y la isla de Jaina, en el estado de Campeche.
Los mayas dejaron para la posteridad cientos de ciudades que revelaron una arquitectura única y de avanzada perfección técnica, de la mano de una escritura que logró transmitir sus creencias religiosas, ritos, y sistema sociopolítico a través de frescos, estatuas y obras artesanales de cerámica y jade que nos permite, hoy día, adentrarnos a una de las culturas más fascinantes de la historia y, sobre todo, al más complejo sistema iconográfico y matemático de la América precolombina.
La exposición Mayas. Revelación de un tiempo sin fin se inauguró este martes 7 de octubre en el Museo de Quai Branly de París, Francia, y estará hasta el 8 de febrero del 2015. Si bien el recinto ya cuenta con piezas prehispánicas mexicanas dentro de su exposición permanente, ofrece por primera vez un panorama general de la civilización maya y nos invita a entender la importancia del legado arquitectónico y de los conocimientos en diversos campos de esta civilización.
La exposición fue producida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y fue curada por la escritora, historiadora e investigadora emérita del Centro de Estudios Mayas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Mercedes de la Garza. Consta de 400 piezas provenientes de diversas regiones de México abarcando diferentes épocas, para dar muestra de la vigencia de la cultura maya a través del tiempo. Las piezas fueron seleccionadas de más de 40 museos y sitios arqueológicos siguiendo un recorrido temático y progresivo: los visitantes son introducidos a la vida cotidiana de los mayas y su estrecha relación con la naturaleza, el tiempo y los astros, su concepción de lo divino, su organización sociopolítica y, especialmente, su complejo sistema religioso. A lo largo de una instalación que rescata las piezas más características de la cultura maya, acompañada de los más recientes descubrimientos arqueológicos, es una exposición que nos permite comprender de manera más profunda el legado histórico que aportó esta civilización a la humanidad.
El hombre y la naturaleza es el primer núcleo temático, en el que se aborda la importancia que tuvieron la flora y la fauna en el mundo indígena prehispánico. Algunas plantas, fundamentalmente el maíz, estuvieron ligadas a la sustancia de la que fueron formados los seres humanos. Los animales eran considerados hermanos de los hombres, por lo que existen múltiples representaciones de vegetales y animales, y de seres humanos vinculados con ellos.
Comunidad humana y vida cotidiana es el segundo apartado en el que se muestran diversos aspectos de la sociedad maya, con énfasis en las ofrendas, la indumentaria, los ornamentos corporales y las costumbres alimenticias.
En el módulo El corazón de las ciudades se conjuntan elementos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos de áreas ceremoniales de algunas de las grandes urbes mayas, mostrando la diversidad de estilos.
En la cuarta sección, El hombre frente al tiempo y los astros, se exhiben inscripciones de tipo astronómico y calendárico en piedra y estuco, con sus lecturas epigráficas. Asimismo, se integran vasijas y otros objetos con representaciones cosmológicas. Un ejemplo es el Monumento 175 de Toniná, de piedra arenisca, que data del periodo Clásico Tardío, el cual registra una ceremonia alusiva al fuego realizada por el Gobernante 8 en la tumba del Gobernante 1 en la fecha 3 Manik’ 0 Muwaan, equivalente al 31 de octubre de 799 d.C. También muestra la escena de un prisionero.
El siguiente rubro, Las élites gobernantes y su historiografía, presenta a los mayas escribiendo su propia historia, sobre todo la de los gobernantes, a través de inscripciones jeroglíficas que dejaron plasmadas en estelas y otras piezas, y que gracias a los avances en la epigrafía, la mayor parte de estos textos ya se pueden leer.